Un mensaje para un mundo muribundo

Recientemente me dijeron que el mensaje de la Biblia no estaba destinado al mundo moderno.

Supongo que este es un comentario que muchos de nosotros hemos escuchado, y tal vez algunos de nosotros hemos hecho esta observación en algún momento de nuestras vidas. Suena exactamente como algo que podría haber dicho en la arrogancia de mi juventud. No recuerdo haberlo dicho, pero estaba orgulloso y pensé que tenía tantas cosas resueltas que no lo dejaría pasar.

La idea detrás del comentario es que, aunque hay algunas cosas realmente buenas, incluyendo  algo de sabiduría popular. Podría decir que las Escrituras fueron redactadas en la antigüedad para un mundo antiguo, y no contiene nada que sea relevante para mí.

Ahora fíjate, la persona con la que estaba hablando se considera cristiana. Ella cree en Dios, cree que Jesús es Su Hijo y cree que la Biblia es Su palabra. Ella simplemente no cree que se aplique a ella, lo cual es una posición interesante para tomar.

Cuando le pregunté cómo funciona eso, - como es que el mensaje de Dios acerca de Su Hijo está limitado a un período de tiempo- me dijo que Jesús habló de leyes que se acoplan a Su contexto histórico. Sin embargo, con nuestra cultura moderna y especialmente la forma en que las mujeres son percibidas como tan radicalmente diferentes ahora, simplemente no hay forma de que las leyes de Dios nos pertenezcan hoy.

Le pregunté a mi joven amiga cómo tendría que cambiar el mensaje para adaptarse a la cultura moderna. Su respuesta fue predecible: los servicios de adoración deben ser más atractivos, las mujeres deben ocupar cargos públicos de liderazgo, las iglesias deben estar abiertas al movimiento amor es amor. En esencia, solo tenemos que adaptarnos a los tiempos.

La mayoría de las denominaciones modernas estarían de acuerdo. Todo lo que tenemos que hacer es mirar alrededor y ver que la religión moderna no se parece en nada al reino que Jesús describió en la Biblia. El mundo está inundado de religiónes que encajan con las ideas de los no religiosos y la espiritualidad diseñada para personas que simplemente no quieren ser espirituales.

Estas ideas de encontrar nuevas formas de crear crecimiento se infiltran en las congregaciones sanas del pueblo de Dios. A veces, el agregar leyes a la ley de Dios, surge en un esfuerzo por llenar un edificio. Hay iglesias que parecen más clubes sociales o centros recreativos que lugares de adoración, que es lo que realmente deberían ser. La adoración como Dios la pide  no se lleva a acabo en este tipo de lugares. Es fácil para nosotros ver que no es así y que están mal los cuando las iglesias construyen canchas de baloncesto o de boliche, pero las ideas de la cultura moderna también se insinúan en el reino. En momentos en que sentimos que no hemos visto crecimiento, comenzamos a preguntarnos qué es lo que estamos haciendo mal. Las iglesias denominacionales parecen estar ganando miembros por docenas, mientras que los grupos del pueblo del Señor no parecen estar creciendo en absoluto. Es tentador comenzar a buscar otras respuestas, y comenzamos a observar nuestra cultura para ver qué es popular. Creo que es natural, por lo cual Jesús, los apóstoles y los escritores del Nuevo Testamento predijeron ese mismo problema.

Considere la epístola de Judas a “los que son llamados santificados” (1). La intención inicial de Judas era escribir sobre la unidad, pero debido a una crisis que involucra a los falsos maestros que se han infiltrado en las iglesias primitivas y ya están enseñando que la gracia de Dios le dio a uno la excusa para vivir como a uno le plazca, cambia de tema. La idea de que la gracia te cubrirá para que puedas hacer lo que quieras no era un argumento nuevo, era evidente incluso en las iglesias primitivas. Pablo aborda el mismo tema en Romanos 6 versículos 1 y 2: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡En ninguna manera!"

Judas y Pablo continúan recordándoles a sus respectivas audiencias y audiencias modernas que, independientemente de lo que otros a nuestro alrededor estén haciendo o diciendo, ¡debemos mantener el rumbo! No podemos bajar la guardia y comenzar a mirar al mundo para cambiar el mensaje o modernizarlo o hacer que éste sea de alguna manera más atractivo para las personas que, al final del día, ¡no lo quieren!

Jesús advirtió acerca de los lobos con piel de oveja en Mateo 7. Dijo que vendrían con falsas doctrinas, pero que podríamos “conocerlos por sus frutos”. La idea de que de alguna manera nuestra adoración debería ser más conmovedora o más satisfactoria emocionalmente para nosotros es una forma egoísta y peligrosa de ver la adoración, y las personas que nos convencen de pensar más como nuestra cultura moderna están dando malos frutos. Jesús sabía que venían por Sus ovejas y, como lo haría un buen Pastor, nos dice que las cuidemos.

¿Cuidamos de las ovejas? He oído hablar de grupos de cristianos que tienen mujeres esperando para que sirvan la cena  del Señor. Mi pregunta es - ¿por qué? ¿Ser más inclusivos? ¿Parecerse más al mundo? ¿Para ser más moderno? ¿Para satisfacer la necesidad de algunas mujeres de estar a cargo? ¿Cuál es el punto ? Si es rebelión por rebelión, entonces diría que tienen un problema, y las ovejas deben preguntarse quién está en el rebaño con ellas.

Bíblicamente, la adoración nunca se ha tratado de ser entretenido. Desde los sacrificios del Antiguo Testamento hasta la adoración en el Nuevo Testamento cuando se establecen las iglesias, la adoración como Dios la ordenó se trata de agradar a Dios, no a uno mismo. El sacrificio de Caín no fue agradable porque no era lo que Dios quería; no importaba que fuera lo que Caín encontrara conveniente. No vino de un corazón que quería adorar a Dios.

El hombre moderno no es diferente. La gente siempre ha querido hacer lo que quiere hacer. Creemos que somos tan sofisticados y sabios, pero somos como cualquier otro ser humano que haya caminado sobre la Tierra... obstinados y egoístas a menos que nos sometamos a la autoridad de Cristo.

 Después de hablar un rato en este sentido, miré a mi amiga a los ojos y le dije que, de verdad, estoy de acuerdo con ella. El mensaje del evangelio no está destinado a un mundo moderno. Está destinado a un mundo moribundo, que es en lo que vivimos. Es en lo que todas las personas han vivido desde la caída del hombre.

El mensaje de Cristo no es para el hombre moderno, como tampoco lo fue para el hombre antiguo. No está limitado por el tiempo o el lugar. Jesús murió una vez por todas - la gracia que Cristo trajo a la tierra fue ofrecida "una vez por todas" - para todas las personas y para siempre (Judas 3).

Tenemos que recordar que el mensaje tampoco fue bien recibido en el mundo antiguo; ¡Mataron al mensajero, que no se nos olvide eso!

No podemos caer en la tentación de suavizar  el mensaje cuando dice que el mundo es un lugar de muerte y vacío sin esperanza ni descanso para los cansados. No podemos ceder y suavizar el mensaje para no ofender, ni podemos, en un esfuerzo por encajar, disminuir estricticidad. Si hacemos eso, No tendremos ningún mensaje en absoluto.

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